por el V. M. M. OM YEO WAMS OM
Todo iniciado, escribe sus iniciaciones con fuego sagrado, y en el "Arbol de la Vida" cuyo exponente es la columna vertebral.
El ingreso íntimo al Templo interno, se halla controlado por los guardianes. Esos guardianes augustos los dos testigos ¹ del Apocalipsis.
Quienes tienen en su templo interno la sombra de muerte de sus dos testigos, son los gusanos racionales que han agotado la savia ígnea de sus aguas de vida, de su energía sexual, en el asqueante vicio de la fornicación.
Dos son también los guardianes que cuidan el pórtico majestuoso de los albos Templos de la Orden Rosacruz.
Los guardianes del Templo, son quienes, velan porque ningún indigno ingrese a los Templos ígneos. La dignidad o derecho de ingresar a esos níveos Templos de los Cosmos Superiores, se los conoce estudiando los riñones y los canales de Ida y Pingalá, y el canal Shushumá de los aspirantes.
Si no se reúnen las condiciones necesarias, no se abren las puertas del Templo.
Ningún ente inmundo ingresa jamás en los Templos de la Secreta Logia, ningún fornicario puede ser medido para su ingreso al Templo, pues todo fornicario tiene sucios los riñones, muertos los testigos, apagado el fuego…a estos se refiere el Cap. 11, Vers.2 del Apocalipsis dice: "Pero, en cuanto al patio que está fuera del templo, échalo fuera y no lo midas, porque ha sido dado a las naciones y ellas pisotearán bajo sus pies la cuidad santa por cuarenta y dos meses".
Todos aquellos que conforme al versículo citado, se hallan conformando el "patio", son los gusanos racionales, los fornicarios, los llamados cristianos; pues, ellos, los fornicarios en general pecan contra sí mismos, contra su Espíritu Santo y contra el DIOS VIVO cuyo Templo es el cuerpo. El "patio" está lleno de sombras, de espectros egoísticos, gusanos racionales, etc.
La ciudad Santa en el simbolismo bíblico, hace referencia al cuerpo, que ha sido -en el fornicario- pisoteado por la legión de yoes que han hecho del sexo, el instrumento de lujuria, vicio, y fornicación, simbólicamente expresado por los "cuarenta y dos meses", que se sintetizan en el número de la bestia, el número seis.
Los gusanos intelectuales que se arrastran en el fango de sus fornicaciones, son los que hollaron y hollarán "la ciudad santa" bajo sus pies por cuarenta y dos meses. Son ellos los que profanan y seguirán profanando la ciudad de nueve puertas.
Esta ciudad santa de las nueve puertas, es el hombre, y todas y cada una de sus "puertas" ha recibido a toda pestilente y aborrecible criatura en el lecho de sus placeres.
La novena puerta es el SEXO.
Los guardianes de la novena puerta, o novena esfera son los DOS TESTIGOS, y ellos son los canales de IDA y PINGALA. Los CUARENTA y DOS MESES corresponden kabalísticamente al número de la BESTIA. CUATRO más DOS igual a SEIS, y el número SEIS repetido TRES veces nos da el fatídico SEISCIENTOS SESENTA Y SEIS.
42 = 666
4 + 2 = 6
6+6+6 = 18, los dos aspectos del sexo (+ -)
6 y 6 y 6 = 666, el número de la bestia.
1+8=9, es el sexo, la novena esfera.
4 + 2 = 6
42 x 30 = 1260
1 + 2 + 6 + 0= 9
El 9 es el número del sexo.
La bestia intelectual ha degenerado el sexo.
(1260 días profetizan los testigos)
(1260 días es pisoteada la Ciudad Santa)
En los 42 días hallamos oculto el fatídico 6.
Oculto en los 1260 días encontramos otros, dos seis.
Fraccionamos en dos cifras: 12 y 60
Dividimos:
12 : 2 = 6 + 6(0) + 42 = 666
6 6 6 = 18 (Las dos polaridades del sexo)
1 + 8 = 9 (El sexo, la novena esfera) Enseñamos ocultismo, no álgebra
Es obvio que el 666 sumado nos da 18, el que vuelto a sumar nos da como resultado 9.
El trabajo con el SEXO, con la novena esfera, tiene dos polaridades. Es positivo cuando se trabaja con la Castidad Real, y es negativo cuando se lo utiliza para la inmunda fornicación.
El número 666 es el número de la llamada "humanidad". Eso que es la bestia, el anticristo, lo constituye la humanidad fornicaria, y es fornicaria porque no puede y no quiere superar el conflicto permanente entre la castidad y la fornicación.
El número 18 es dos veces 9, 9 positivo y 9 negativo. Castidad y fornicación. La castidad es positiva, la fornicación es negativa.
El nefasto vicio de la fornicación es el arma asesina con la que se da muerte a los testigos del DIOS VIVO.
El vers. 3 del Cap. 11, continúa: "Y haré que mis dos testigos profeticen mil doscientos sesenta días vestidos de saco".
Kabalísticamente sumada la cantidad 1260, tenemos:
1 + 2 + 6 + 0 = 9
El 9 es el número de la novena puerta, de la novena esfera, y la novena esfera es el SEXO. El 9 es el aspecto positivo del SEXO.
Todo verdadero aspirante a la ROSA y a la CRUZ, debe descender hasta la novena esfera, trabajar en ella utilizando sabiamente el FUEGO y el AGUA, origen de hombres, mundos y universos.
La INICIACION ROSA CRUZ se la recibe en y con el sexo, con el trabajo persistente en el Laboratorium Oratorium y con real castidad. La Castidad real es el medio de transformar, de transmutar la simiente humana en FUEGO y AGUA, en el "fuego y agua" del ígneo bautismo enseñado por el hierofante JESUS.
Todo aspirante a las Bodas Alquimicas, precisa resucitar sus dos testigos, trabajar en el Laboratorium Oratorium de la Alquimia sexual.
El camino: La Castidad Real.
La ciencia de las transmutaciones es la única que puede dar el "espíritu de la vida, procedente de Dios" Apocalipsis 11:11.
Dios mora en la simiente…²
La semilla es sagrada.
La energía Divina contenida en los espermatozoides y los óvulos constituyen el "Espíritu de la Vida" que permita la resurrección de los dos guardianes del Templo Intimo de la ciudad Santa, luego de 1260 días, vale decir luego del intenso trabajo en la piedra santa donde el Sublime Maestro Jesús Cristo, fundó su iglesia.
Esa piedra filosofal es el Sexo.
N. del editor
¹ los dos testigos a que se refiere la Biblia son como sigue a continuación del vers.4 las olivas donde se encuentra el aceite sagrado (Ens Seminis lo que producen los ovarios y los testículos) para encender el fuego sagrado. Este fuego da la potestad a los Maestros del dominio de los elementos.
² "Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. Nos dice y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo" Galatas 3: 16.
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